El 20 de marzo, recibimos el equinoccio de primavera 2017, siendo este una oportunidad para apreciar el medio en que nos encontramos y la relación que tenemos con la naturaleza.
En las fechas en que se producen los equinoccios, el día tiene una duración igual a la de la noche: la luz y la oscuridad se encuentran en perfecto equilibrio, razón por la cual se le brinda ese nombre: “equinoccio” quiere decir “noche igual”.
En el equinoccio sucede el cambio de estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra; despedimos el invierno y damos la bienvenida a la primavera.
Este fenómeno ha tenido gran importancia para diferentes culturas en todos los tiempos y áreas de conocimiento. Es el momento perfecto de la siembra para la agricultura.
En México existen numerosos centros astronómicos y ceremoniales para recibir al equinoccio de primavera: Chichen-Itzá –Mérida–, Teotihuacán –Estado de México–, Cuicuilco–Ciudad de México–, Tenango del Valle, Malinalco –Estado de México, donde se realizan festejos en torno al equinoccio, en donde se practican danzas tradicionales, recargas de energía, entre otras actividades.